miércoles, 12 de diciembre de 2007

CUARTO COMUNICADO DEL CONSEJO TAURINO DE LIMA

En largo y extenso, pero claro y preciso, comunicado el Consejo Taurino de Lima da a conocer cuales son sus funciones, y la fundamentación, sólida y contundente, que le llevaron a designar ganador del Escapulario de Oro al diestro español Enrique Ponce, y ganador del Escapulario de Plata al toro mexicano "Camperito", de la ganadería de Reyes Huerta, que premian al torero y toro triunfador, respectivamente, de la recién finalizada Feria del Señor de los Milagros 2007, y que es el siguiente:
CONSEJO TAURINO DE LIMA
4º. COMUNICADO A LA AFICIÓN

El Consejo Taurino de Lima, conformado por los representantes de los principales gremios, peñas y asociaciones que agrupan en nuestro país a los aficionados, periodistas, ganaderos, toreros, empresarios y médicos taurinos, ha asumido las siguientes funciones durante la realización de las Ferias del Señor de los Milagros de cada año:

-Designar democráticamente a los triunfadores de cada Feria, otorgándoles los Escapularios de Oro y Plata al matador triunfador y al mejor toro, respectivamente; y

-Velar en nombre de los aficionados por el cumplimiento del Reglamento Taurino vigente y la defensa de los intereses del público.

OTORGAMIENTO DE LOS ESCAPULARIOS DE ORO Y PLATA
El Consejo Taurino de Lima acordó -a nombre de la Afición- proclamar como ganadores del Escapulario de Oro y Escapulario de Plata de la Feria Taurina del Señor de los Milagros de 2007 al matador de toros español Enrique Ponce y al toro mexicano “Camperito” de la ganadería de Reyes Huerta, respectivamente, en base a las consideraciones que se exponen más adelante.

Antes del inicio de la Feria el Consejo adoptó los criterios según los cuales sus once miembros valorarían la labor de los espadas y el comportamiento de los toros.

Sobre el Escapulario de Oro se acordó que cada uno de los miembros del Consejo seguiría su propio criterio para premiar al torero triunfador de la feria, en base a lo que individualmente considerara más apropiado. Es decir, los miembros presentarían al final de la Feria los argumentos por los cuales entendían que debería premiarse –o no- al torero más destacado, lo cual podría ser en cada uno de los casos por una faena completa, una labor en conjunto, el número de trofeos obtenidos, entre otros criterios.

Sobre el Escapulario de Plata igualmente se acordó que cada uno de los miembros del Consejo presentaría los argumentos por los cuales un toro debería ser premiado –o no-, según el saber y entender de cada uno, los cuales podrían –según el criterio de cada quien- valorar el trapío de la res, su comportamiento a lo largo de la lidia, su desenvolvimiento durante los tres tercios, entre otros.

Luego de haber revisado las películas de las corridas de la Feria y tras un razonado intercambio de ideas, el Consejo aprobó con 9 votos conceder el Escapulario de Oro al matador valenciano Enrique Ponce por su faena al cuarto toro de la tercera corrida del abono de la ganadería de Bernaldo de Quirós; el extremeño Miguel Angel Perera obtuvo 2 votos por su labor en conjunto en las segunda y cuarta corridas del abono. Asimismo, el toro “Camperito” de la divisa mexicana de Reyes Huerta lidiado en segundo orden por el salmantino Eduardo Gallo en la primera corrida de toros del abono congregó 7 votos; el toro “Azafranero” del hierro azteca de Fernando de la Mora lidiado como primero por el nacional Freddy Villafuerte en la cuarta corrida obtuvo 2 votos; y dos miembros del Consejo consideraron que el Escapulario de Plata debería ser declarado desierto.

El premio especial al subalterno peruano más destacado se acordó otorgárselo al picador de toros Santiago Reyes “Yaco II”, que sumó 8 votos, obteniendo 2 votos el subalterno Dennis Castillo y una abstención.

Escapulario de Oro.

Es opinión de la mayoría de los miembros del Consejo que la faena del matador Enrique Ponce al segundo de su lote de la ganadería mexicana de Bernaldo de Quirós fue una faena maciza, estructurada y plástica que se basó en una técnica superlativa y en sus conocimientos y entendimiento de los terrenos, distancias y condiciones de su oponente.

Ese animal tuvo como características de presentación ser cárdeno listón, montado, engatillado, cornicorto y terciado. De salida se emplazó, no remató en los burladeros, escarbó, se salió suelto, fue reservón, se frenó y se defendió. En el tercio de varas se dejó pegar embistiendo con la cara alta. En banderillas se frenó y se dolió. En muleta tuvo nobleza y recorrido, pero manseó buscando la huida hacia tablas. Fue sujetado por su matador y sometido. Mediada la faena terminó los muletazos con la cara alta y distraído. Fue pitado en el arrastre.

El diestro Enrique Ponce construyó una faena a un burel que a lo largo de los primeros dos tercios de su lidia mostró de manera clara su falta de raza, con una embestida sosa y un comportamiento remiso. Aún así, su matador –y, probablemente, solo él- le vio algunas condiciones de lucimiento y, por ello, lo brindó al público de Acho ante la sorpresa generalizada.

En los terrenos, distancias y alturas apropiadas, Enrique Ponce lidió a su enemigo y le permitió desarrollarse, sin obligarlo, con lo que logró desengañarlo, meterlo en su muleta y extraerle todo de lo poco que éste ofrecía. Una vez que el de Bernaldo de Quirós se entregó, Ponce consiguió ligarle series templadas con la calidad propia del Maestro de Chiva.

En suma, una faena lograda a un enemigo descastado y manso, única y exclusivamente por la sapiencia y depurada técnica de una gran figura del toreo como es Enrique Ponce.

El Consejo considera que fueron precisamente las condiciones inaparentes para lograr una faena exitosa demostradas por el pupilo mexicano las que otorgan mayor mérito a la labor de su matador: el haber extraído de un animal manso y descastado todo lo que éste tenía, haciéndole todas las cosas que eran necesarias para lograr que se entregue y obligarlo a embestir.

El Consejo cree conveniente mencionar que a su entender es cierto que la faena no fue perfecta; fundamentalmente porque no fue culminada con una estocada entera que hubiera rematado su labor y logrado una muerte espectacular. Sin embargo, los miembros del Consejo entienden que esto último no constituye demérito alguno a la faena en su integridad. Atendiendo a los cánones del toreo y a las tauromaquias de los más informados críticos y estudiosos de este arte, se determinó que una estocada debe valorarse fundamentalmente por su ejecución (marcando los tiempos y entrando en rectitud) y por la colocación y dirección del acero (en todo lo alto y marcando un ángulo de 45° en paralelo con respecto a la espina dorsal) y no tanto por la profundidad con la que queda envasada. La estocada, consideramos, cumplió con rigor con la ortodoxia en su ejecución y cayó en el hoyo de las agujas: una estocada corta –como la propinada por Ponce- no conlleva a una muerte espectacular pero tampoco constituye demérito.

Así, por ejemplo, lo reseña, entre otros, don José María de Cossio:

“La colocación de la estocada en el cuerpo del toro es otra de las circunstancias que puede servir para una nueva clasificación, no ya de las suertes, pues en nada afecta a su ejecución o a las condiciones en que se verifica, sino a su resultado. (…) Puede herirse a un toro sin que el estoque quede metido en el cuerpo, y en este caso cabe distinguir si se hace a mete y saca, a cuyo resultado llamamos por contracción ´metisaca´, o si queda solamente en pinchazo, que puede ser debido a lo leve del empuje o a la resistencia que haya encontrado el estoque al calar el cuerpo del toro. Asimismo, puede soltar el diestro el estoque de la mano o retenerla en ella. (…) El sitio preciso de la estocada es el centro superior de las agujas y médula espinal sobre los brazuelos. (…)”. José María de Cossío; “Los Toros”, Tomo I, página 981.

Fernando Fernández Román se detiene en la preparación de la suerte y su importancia:

“El inicio de cualquiera de estas suertes requiere de una preparación cuidadosa, a veces, ceremoniosa, sobre todo cuando el torero interpreta el acto de perfilarse, es decir, colocarse de perfil en la rectitud del toro. Cuando lo estime oportuno, girará un cuarto de vuelta, doblando la rodilla izquierda, retrasando levemente la pierna derecha para tomar impulso y colocarse enfrentado con el animal y, a continuación, interpretar la suerte suprema”. Fernando Fernández Román; “Los toros contados con sencillez”, página 188-189.

José Antonio del Moral aborda el tema de la profundidad de la penetración de la estocada de la siguiente manera:

“Una estocada entera, clavada en todo lo alto, en la rectitud del toro y con la inclinación idónea, suele herirle mortal y fulminantemente por los destrozos que provoca. Y el animal rodará a los mismos pies del torero una vez consumada la suerte. Las demás pueden retrasar la muerte de la res y obligar a otras agresiones. (…) Hay pinchazos hondos en todo lo alto que matan y de ello se dice que son ´suficientes´; como las medias perpendiculares o ´lagartijeras´ que Rafael Molina ´Lagartijo´ (1868-1893) hizo famosas y les dio nombre. Suelen acabar rápidamente con la vida del toro”. José Antonio del Moral; “Cómo ver una corrida de toros”, página 201.

Ni la tauromaquia de Pepe Hillo ni la de Paquiro, ni el eximio estoqueador Rafael Ortega, se pronuncian en sus escritos sobre alguna pretendida ineficacia o heterodoxia censurable en una estocada corta, que pudiera desmerecer una labor. Es más, Paquiro exalta las estocadas en los rubios aclarando que la profundidad en la penetración es irrelevante siempre que se diseccione la columna vertebral (lo que sí ocurre con los pinchazos hondos).

El Consejo, igualmente, cree necesario pronunciarse sobre las condiciones físicas exteriores de la res que tocó en suerte al matador Enrique Ponce, básicamente para lamentar que la empresa y el ganadero hayan presentado ejemplares como éste sin el trapío que un escenario como la Bicentenaria Plaza de Acho y una Feria como la del Señor de los Milagros merecen, especialmente en cuanto al volumen y la cornamenta. Censura ésta que se hace extensiva a todo el encierro de Bernaldo de Quirós. De igual manera, critica negativamente la actuación de la Autoridad que dio pase a dicho encierro. Finalmente, así como por un lado nos hemos enterado de los resultados del análisis de las astas que acreditan que hubo manipulación fraudulenta en los pitones de dos toros lidiados esa tarde por los matadores El Juli y Sebastián Castella, y haber determinado que existen indicios razonables de “afeitado” en los otros dos estoqueados por dichos espadas, por otro lado no encontramos justificación para que se haya permitido la sustracción -para evitar su respectivo análisis- de las astas de los dos lidiados esa tarde por Enrique Ponce, las que -solo por esa circunstancia- deberemos entender que para los veterinarios oficiales no despertaban sospechas de que podrían haber sido manipuladas.

No obstante, a criterio del Consejo, las faenas de los matadores deben valorarse al margen de las condiciones físicas externas de sus oponentes, puesto que se trata de reses aprobadas por la Autoridad y es, finalmente, ese el material que la empresa ofreció a cada uno de ellos para interpretar su labor. De otra manera, a priori, ninguno de los tres actuantes dicha tarde hubieran podido optar por el Escapulario de Oro, pues se consideraría que lo ejecutado no tenía validez. De haber sido esa la decisión de la Autoridad tendría que habérseles comunicado a los matadores y al público con anticipación (lo que nunca ocurrió).

Escapulario de Plata.

En opinión de la mayoría de los miembros del Consejo, el toro “Camperito” de la ganadería mexicana de Reyes Huerta lidiado en segundo lugar de la primera corrida, por el diestro Eduardo Gallo, es merecedor del Escapulario de Plata.

El toro “Camperito” tuvo edad, peso (510 kilos) y trapío (entendiéndose esto último como la estructura morfológica acorde con su encaste, incluyendo sus pitones y conformación ósea) y acudió en los tres tercios de la lidia con prontitud, fijeza, nobleza, codicia y calidad en la embestida, yendo a más y permitiendo el lucimiento de su matador.

Por último, los miembros del Consejo Taurino de Lima, al momento de emitir nuestros votos, hemos tenido en cuenta la opinión de los aficionados abonados que se pronunciaron expresamente a través de correos enviados a nuestra dirección electrónica, así como a la reacción del público aficionado en la Plaza ante la interpretación artística del matador Enrique Ponce (al que se ovacionó –creemos- por unanimidad, y se le concedió las dos orejas sin que hubiesen protestas) y ante el arrastre de “Camperito” al que también se ovacionó con fuerza.

Estamos coordinando la oportunidad en que próximamente haremos entrega de los premios a los triunfadores de los trofeos otorgados.

Consideramos necesario pronunciarnos sobre la equivocada decisión de declarar desierto el otorgamiento de los Escapularios de Oro y Plata del Concejo Distrital del Rímac, recientemente adoptada por el Consejo Taurino de ese Municipio, que actuó bajo la presidencia de su Alcalde Distrital, e integrado por tres regidores de esa comuna y por otros tres delegados, dos de los cuales deberían representar a los aficionados (pero que demostraron no tener ni la altura, ni los conocimientos, ni el respeto hacia sus pretendidos representados al no considerar la clara opinión de los tendidos). Precisamente, para suplir esas carencias e intentar darle mas sustento a las decisiones que les tocaba adoptar, el Alcalde del Rímac convocó a ultima hora a un grupo de ocho aficionados, con el objeto de que los asesoren, principalmente en la decisión de otorgar los tradicionales trofeos de la Municipalidad.

No nos explicamos como tantos deliberantes juntos han podido plasmar y avalar una resolución tan contradictoria entre su parte considerativa y la resolutiva, para negar la concesión del trofeo al maestro Enrique Ponce, triunfador de la tercera corrida, en la que obtuvo dos apéndices concedidos por la misma Autoridad que la ahora la desmerece, luego –como hemos ya dicho- de una extraordinaria faena a un deslucido toro, al que supo lidiar para aprovechar al máximo en una faena plena de técnica y con la depurada estética propia de esta gran figura del toreo.

Como aficionados peruanos tenemos que sentir vergüenza ajena por la falta de coherencia y sindéresis que el Concejo del Rímac y sus muchos asesores han demostrado. Decepciona ver como personas que dicen que acuden desde hace años a los tendidos de la Plaza de Acho –y a pesar de las largas cinco horas que, nos informan, que estuvieron deliberando- nos han demostrado que no tienen mayor conocimiento o sensibilidad para justificar una decisión de tanta trascendencia como es la que hoy pone en tela de juicio el rigor y la vigencia de los trofeos que tradicionalmente ha dado el Rímac a los triunfadores de nuestra antigua Feria.

Nos es absolutamente inexplicable cómo aficionados que dicen tener muchos años como tales pueden desmerecer una faena construida sin los materiales apropiados, porque “la faena la hizo a un toro (…) descastado, que no pasó en forma debida la prueba de bravura que es el tercio de varas” (sic). No hay coherencia, asimismo, cuando el alcalde del Rímac y sus asesores minimizan lo realizado a un animal “de escasa presencia, falto de trapío” (sic) que ellos aprobaron y al que ellos mismos desorejaron. Está claro que las personas que participaron en este despropósito de declarar desiertos los premios de la Feria no representan a todos aquellos que ovacionamos de pié a Enrique Ponce y a “Camperito”, y desprecian los premios “Chalán de Plata” a Enrique Ponce en la Corrida de la Beneficencia y a Miguel Angel Perera en la Corrida de la Prensa.

Felizmente para la imagen de nuestra Feria del Señor de los Milagros, el Consejo Taurino de Lima ha acordado mediante decisión democrática de sus once miembros el otorgamiento de los Escapularios de Oro y Plata a los legítimos triunfadores de este año: Enrique Ponce y el toro “Camperito”.

SUPERVISION DEL CUMPLIMIENTO DEL REGLAMENTO TAURINO

En cumplimiento de la segunda de nuestras funciones, este Consejo ha mantenido una permanente supervisión de la labor de la empresa Taurolima, organizadora del ciclo ferial, y de las autoridades, asesores y comités designados por el Alcalde del Rímac, para la dirección de tales espectáculos.

Sobre estos temas el Consejo ya se ha pronunciado en sus primeros tres comunicados a la Afición, en los cuales han quedado consignados el gran número de irregularidades, ilegalidades y burdos errores que se han perpetrado este año. En primer lugar, por los socios y directivos de la empresa Taurolima, que, entre otras cosas, hasta ahora no explican cuáles fueron los eventos de fuerza mayor que causaron que Enrique Ponce, primero, y El Juli, después, no se presentarán a la cuarta corrida del abono; en segundo lugar, por el nuevo Alcalde del Rímac y su incondicional consejo taurino, cuyos miembros y actividades solo nos dejan dudas y desencantos; y por último, en tercer lugar, por las personas a quienes durante la Feria dicho Alcalde ha ido designando, poniendo y quitando, para que ejerzan de presidentes, directores de cambio de suertes y veterinarios de las corridas e, incluso, para conformar a última hora a un comité de asesores en el que reunió a ocho aficionados.

Todos ellos -actuando de buena o mala fe- se han prestado para que se concreten estas múltiples irregularidades y decisiones erróneas que han afectado -como pocas veces en la historia de la Plaza de Acho- tanto al prestigio de nuestra antigua Feria como al legítimo interés del público aficionado.

Confiamos que el próximo año el Alcalde del Rímac reflexione y ya no se deje manipular por terceros que no lo aconsejan debidamente, a fin de que -dándose cuenta de sus evidentes limitaciones (porque un Alcalde no tiene porqué saber de toros)- deje a un lado su afán de figuración y tenga la entereza de delegar la dirección de las corridas en la Plaza de Acho en un aficionado, capaz, prestigioso y respetable, que sí conozca el Reglamento Taurino, tenga sensibilidad taurina y esté familiarizado con los cánones y ritos del toreo, para no repetir los bochornosos sucesos ocurridos este año.

En lo que se refiere a la existencia y conformación del consejo taurino del Rímac, confiamos que tarde o temprano, cuando este advenedizo Alcalde distrital se convenza de modificar su actitud autoritaria con la que ha iniciado su fugaz paso por nuestra tradicional Feria taurina, volverá a restablecerse el orden legal y se convocará nuevamente a los representantes de los estamentos taurinos organizados de nuestro país, como ha ocurrido sistemáticamente desde hace 38 años. Mientras esto no ocurra, con la mayor satisfacción y conscientes de la responsabilidad que ello conlleva, continuaremos unidos integrando el Consejo Taurino de Lima, para desarrollar de forma independiente las funciones que hemos asumido en representación y defensa de los intereses permanentes de la Afición, de Acho y de su Feria del Señor de los Milagros.

ANALISIS DE LAS ASTAS DE TOROS LIDIADOS


Sobre el tema de la manipulación fraudulenta (“afeitado”) de algunos toros lidiados en la pasada temporada, nuestra opinión es la siguiente:

a.- Condenamos firmemente la práctica negativa del afeitado, la cual debe ser erradicada no solo de nuestra Feria sino de toda la Fiesta en general. Para lograrlo es necesario que las investigaciones y los eventuales procedimientos sancionadores que deriven de las mismas se haga siguiendo los pasos pre-establecidos y dándole garantías a todos los involucrados, para evitar así que los investigados logren evadir su responsabilidad por cuestiones formales y de procedimiento. Solo con transparencia y seriedad se podrá castigar con severidad a los que incurren en este tipo de conductas fraudulentas.

b.- Con el ánimo de aportar a dicho objetivo, creemos importante reseñar lo que ocurre en otras jurisdicciones. Conforme al Reglamento de Espectáculos Taurinos vigente en España, corresponde a los veterinarios designados realizar en el matadero de la misma plaza la revisión post-mortem de las reses lidiadas, en el que éstos vuelven a apreciar la integridad de las astas y, en caso de sospecha de manipulación, se dispone su análisis en algún laboratorio oficial, para lo cual se recogen las astas cumpliendo con un procedimiento o protocolo -previamente puesto en conocimiento público- en el cual deben participar, además del Presidente y veterinarios, los representantes de la ganadería y de la empresa, con el fin de garantizar que dichas astas no sufran alteraciones posteriores ni suplantaciones.

Según el artículo 60.1 del referido Reglamento de Espectáculos Taurinos de España, la revisión en laboratorio de las astas recogidas, tiene dos etapas. La primera que se realiza es el análisis biométrico, para establecer la proporción entre la zona maciza de la punta del asta en relación a la longitud total de dicha asta y la existencia íntegra e inalterada de lo que se denomina la línea blanca medular. Solo en caso que este análisis biométrico diera resultados inferiores a los autorizados se procede a hacer en ese mismo laboratorio (o en otro especializado), los análisis confirmativos de la cutícula externa, línea blanca medular y estudio histológico de los tubos córneos. El informe final en caso sea confirmativo, da lugar a la apertura de un procedimiento administrativo para sancionar a los responsables de dicha manipulación fraudulenta. Este proceso concluye luego de agotada la vía judicial, en caso el sancionado recurra a ella.

c.- En el Reglamento Taurino vigente en el Rímac no existen reglas sobre el recojo y sobre los términos de referencia indispensables para poder llegar a conclusiones válidas luego del análisis biométrico y posterior estudio histológico de las astas de los toros, situación que debe corregirse de inmediato para lograr los resultados que los aficionados deseamos. Por ello, para poder dictar una resolución sancionadora, previamente se tendrán que introducir reglas específicas en dicha normativa peruana. Para que esto se haga correctamente, brindando garantías a todas las partes involucradas - especialmente al público aficionado- consideramos que es muy útil conocer antes la opinión actualizada de aquellas personas que realizan estos análisis en España, para lo cual invocamos a la Municipalidad del Rímac a que haga de inmediato esa consulta de forma oficial, dirigiéndose a la autoridad pertinente del Ministerio del Interior de ese país.

d.- Sin embargo, en vez de tomar la vía antes indicada, este año el Alcalde del Rímac, a partir de la segunda corrida, dispuso que se realicen a modo de plan piloto, el recojo y el análisis biométrico de las astas de dos toros de esa segunda tarde. Curiosamente, a la vista de cualquier de los que asistimos a esa corrida las astas recogidas de esos dos toros no presentaban evidencias de manipulación, a diferencia de otros dos toros en esa misma corrida que sí tenían las astas escobilladas y aparentemente manipuladas. El doctor Alfredo Delgado, veterinario oficial designado por el Alcalde hizo los análisis en el laboratorio de la UNMSM, los que dieron como resultado que las astas estaban íntegras. El Alcalde procedió mediante un comunicado a felicitar a la empresa por no “afeitar” las astas de esos toros de la segunda corrida. En nuestra opinión fue irregular que el Alcalde haya hecho públicos los resultados del análisis hechos –al margen de cuáles hubiesen sido sus conclusiones- sin que exista ningún protocolo aprobado y publicado y solo a modo de prueba o plan piloto, y aún más, resulta irregular que el Alcalde haya multado a la empresa por no haber abonado el costo de tal análisis, el que le correspondía sufragar al Municipio, siendo un plan piloto.

e.- Luego de la tercera corrida, el Alcalde dispuso se recogieran para analizar, también a modo de plan piloto, las astas de cuatro toros lidiados. Curiosamente no se recogieron las astas de los lidiados en primer y cuarto lugar, pues, según informaciones periodísticas, el mismo Alcalde y otro aficionado pidieron llevarse dichas cabezas para disecarlas, a lo que por cierto accedió la empresa.

Del análisis de esas ocho astas recogidas, resultó una grave acusación de manipulación fraudulenta en las de dos de esos toros y de evidencia razonable en las de los otros dos. Nuevamente fue el Alcalde quien comunicó al público estos resultados, denunciando la grave falta, pero anunciando que no habría sanción pues todo era un plan piloto. Igualmente nos parece irregular que siendo parte de un plan piloto, sin base en ninguna norma procedimental específica, se pusiera en conocimiento del público estos resultados, más aún cuando el mismo Alcalde sabía que no podría imponer sanción efectiva alguna al ganadero o a la empresa.

f.- Para la última corrida el Alcalde quiso que se recogieran las astas de los seis toros lidiados, pero las cabezas de los dos que mató el diestro Villafuerte, según se nos informara, fueron reservados por su familia como recuerdo de su despedida. Luego, fue con muchas dificultades y hasta afrontando situaciones violentas, que finalmente se pudieron ingresar las astas de los otros cuatro toros a un cilindro precintado. Se nos ha informado que hasta la fecha, y a pesar de una carta notarial enviada por el Alcalde, el gerente de Taurolima, Salomón Villafuerte, ha impedido que la Autoridad municipal pueda tomar posesión de dicho cilindro, para que se proceda a efectuar el análisis de esas ocho astas. Consideramos que es absolutamente inaceptable el comportamiento del gerente de Taurolima, y confiamos que el Alcalde y sus regidores no dudarán al momento de aplicarles las más severas sanciones que establece el Reglamento taurino vigente. De permitir impunemente este desacato e irrespeto a su investidura, no le quedaría al Alcalde del Rímac otra alternativa que renunciar en forma definitiva al ejercicio de su autoridad en la Plaza de Acho.

g.- El Consejo Taurino de Lima promoverá durante el mes de enero de 2008 la realización de un foro al que se invitará a los aficionados interesados, para tratar este importante tema, para lo cual nos estamos ocupando de recabar la mayor cantidad de información actualizada sobre la metodología de los análisis de astas que se vienen realizando y sobre los resultados de los procedimientos sancionadores que se hayan sustentado últimamente en España.

Lima, 10 de diciembre de 2007
Por la Asociación de Peñas Taurinas de Lima, Srta. Marivi Aramburú Larrañaga, Delegada
Por la Asociación de Criadores de Ganado de Lidia del Perú, Dr . Roberto Puga Castro, Presidente
Por el Centro Taurino de Lima, Sr. Alberto Alcalá Prada, Presidente
Por la Asociación y Auxilios Mutuos de Toreros del Perú, Sr. Santiago Reyes Santillana, Presidente
Por el Círculo de Periodistas Taurinos del Perú, Sr. Carlos Castillo Alejos, Presidente
Por el Comité Nacional de Criadores de Toros de Lidia , Dr. Marcial Ayaipoma Alvarado, Presidente
Por el Capítulo Peruano de la Sociedad Internacional de Cirugía Taurina , Dr. Pedro Gutierrez Irigoyen, Vice Presidente
Por la Asociación de Empresarios y Dueños de Plazas de Toros del Perú, Sr. Genaro Zea Oros, Delegado
Por los aficionados abonados de la Plaza de Acho, Dr.Luis Bustamante Belaúnde, Arq. Antonio Graña Acuña y Dr. Luis Rodriguez Mariátegui

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